Porque he vivido inten­sa­mente. Porque fui ado­les­cente bus­cando su des­tino, y madre de ado­les­centes. Porque he vivido expe­ri­en­cias límites, y he cono­cido el desar­raigo y la pér­dida. Porque me he equiv­o­cado una y mil veces. Porque he fra­casado, sufrido y recor­rido el dolor. Porque he cono­cido la oscuri­dad y alcan­zado la luz, muchas veces. Porque he tenido miedo. He amado y cono­cido el des-​amor. Porque he estado per­dida sin saber quién soy. Porque mi vida, segu­ra­mente, no ha sido muy dis­tinta de la tuya en muchas cosas.

Porque al igual que tú, tengo sueños y esper­an­zas. Porque soy una agrade­cida de la vida, te ofrezco un espa­cio de con­fi­anza, com­pren­sión, amor, entendimiento.Dónde ire­mos cam­i­nando junto(a)s y encon­trarás her­ramien­tas para hac­erte respon­s­able de lo que ocurre en tu vida, de tu trans­for­ma­ción, de los cam­bios que quieres lograr y de tu felicidad.

«El dolor es inevitable, el sufrim­iento una decisión» Bud­dha. «Es más fácil sufrir que actuar» Bert Hellinger.

Al cruzar la puerta no volverás nunca a ser el(la) mismo(a) que entró. Cuando ilu­mi­nas una parte de tu ser, no podrás dejar de verla. Y esa luciér­naga guiará tu camino a la sanación, la lib­er­tad y a tomar la respon­s­abil­i­dad de tu felicidad.

Daniela Reinero L.